Te confieso que hace más de un año decidí dejar de ver noticieros y reality shows; pues elegí consumir mensajes que me nutrieran, en vez de escuchar palabras de odio y rencor. No juzgo a quienes los ven ni mucho menos a sus directores, cada quién decide qué contenidos le pueden funcionar, para aprender y crecer.
Te confieso que me encantan las películas y las series de acción, también soy fanático de las grandes historias de suspenso, comedia y terror. Aunque no consumo a menudo televisión, es importante algún par de veces, ver contenidos reales y de ficción, que nos permitan ver el mundo de otro color.
Te confieso que aparte de Coach, soy Comunicador y Periodista. Y no comparto que los medios de información se encarguen de incentivar el caos, el miedo y la pereza. Es tu labor sacar provecho de lo que escuchas, observas y lees. Recuerda que el universo merece grandes cambios y grandes seres.
Te confieso que hace un par de meses decidí darme un descanso luego de tanta rutina. El no aprovechar el tiempo, la familia y la vida nos puede llevar al estrés y a la ruina.
Te confieso que renuncié a 3 empleos y fui despedido de 2, y por eso reconozco que todo lo que aprendí en ellos, me permitieron crecer, evaluar y reinventar lo que quería para mi vida y para cumplir mis sueños.
Te confieso que duré muchísimos años pensando en mis debilidades, inseguridades y frustraciones, y fue hasta cuando me di mi valor, que empecé a poner en práctica mis talentos y no quedarme en meras ilusiones.
Te confieso que ver Netflix o plataformas digitales no es malo en absoluto; es perjudicial si lo haces tan frecuente y buscas escapar de tu soledad, tus problemas o tus disgustos.
Te confieso que cuando me doy cuenta de un error, me disculpo o pido perdón, pero en algunas ocasiones me enfurezco cuando alguien me levanta la voz sin razón.
Te confieso que de niño era altanero, consentido, malgeniado y también muy pilo. En mi adolescencia era estudioso, dedicado y un poco inseguro. Y fue hasta mis 27 cuando comencé a ver la vida de una manera diferente, con abundancia, con amor, con disfrute y sin apuros.
Te confieso que muchas veces viví de recuerdos y glorias pasadas, pero desde que entendí el valor de la palabra, los pensamientos y los sueños, empecé a emprender nuevos caminos, hazañas y retos.
Te confieso que disfruto de un buen vino, una caminata por el campo y una deliciosa pasta o exquisito salmón, y creo firmemente que los grandes resultados se construyen con acciones y entrega a todo pulmón.
Te confieso que los mejores momentos los he pasado cuando viajo, cuando abrazo, cuando estoy en familia o cuando pongo la mente en blanco, pero muchas veces me sentí como si estuviera entre la espada y la pared o en el borde de un barranco.
Te confieso que cuando era empleado, muchas veces quise renunciar. Y lo hice, solo hasta cuando entendí que la vida me estaba preparando para crear mi negocio; enseñar, inspirar, comunicar y liderar.
Te confieso que no me gusta juzgar; cuando siento que lo hago, lo reconozco y lo elimino de inmediato. Hace unos años comprendí que todos juzgamos inconscientemente, pero es importante no herir ni descargar nuestras emociones con nuestros semejantes.
Te confieso que yo no creo en la convencionalidad ni en lo que piensa la mayoría de la gente. Creo mucho más en las ideas innovadoras del ser humano y en la capacidad de creación constante.
Te confieso que sí opino sobre religión y política, pues me importa el mundo, la libertad y la vida, sin llegar a la excusa ni la crítica. No soy ni de derecha ni de izquierda; pertenezco a las mejores propuestas y a los grupos que se interesan por el pueblo y el progreso con nobleza.
Te confieso que antes de ser Coach y después de trabajar en medios de comunicación, fracasé en 2018 con mi primer emprendimiento. Luego de dar clases de inglés en algunos institutos, creé mi propia marca para enseñar inglés a adolescentes y adultos. Luego de más de 5 años de incertidumbre y dificultades, logré poner al servicio de los demás, mis más grandes dones y facultades.
Te confieso que me encanta la gente auténtica y diferente, que no le teme a la opinión de los demás; los veo con amor, pasión y humildad, pues todos tenemos una biografía y una historia para contar.
Y te confieso que cada vez que siento que me estanco o que no puedo, respiro profundamente, cierro mis ojos, me evalúo y recupero mi poder, a pesar de cualquier miedo.
Sé que pronto nos conoceremos y tendremos el placer de trabajar juntos.
¿Y tú, qué confiesas?
Comparte este artículo con alguien; a quien, sepas, le puede ayudar.